El grito silenciado de la insatisfacción sexual

El grito silenciado de la insatisfacción sexual

La insatisfacción, es una experiencia completamente subjetiva, puede cubrir una amplia gama de situaciones: desde el desequilibrio del deseo sexual, impulsos sexuales intensos o débil de manera recurrente, actividades y/o situaciones que implican malestar significativo.

El problema ocurre es que silenciamos la incomodidad que en sí produce dicha insatisfacción, por diferentes motivos, no herir a la otra persona, ruptura de la relación, que la otra persona se moleste o que sencillamente no entienda la incomodidad y tu sentir.

Los hombres llevan consigo una carga social que con frecuencia puede ocurrir en las comunidades latinas, se sienten responsables de llevar a su pareja al clímax a la hora del encuentro sexual y mantienen la creencia de que en el acto demostraran que tan hombres son. Comunicar los verdaderos deseos masculinos no forma parte de lo que les corresponde a los hombres en su rol, pues esto no se ve como una fortaleza sino como una debilidad ante la sociedad. Esto trae como consecuencia un aislamiento tanto en lo íntimo como emocional y no se creen capaces de dar lo mejor en cada encuentro. Esta atribución de responsabilidad a la satisfacción sexual crea en ellos disfunciones sexuales cada vez más frecuentes.

Otra historia ocurre con la mujer, que a diferencia del hombre y su carga social de responsabilidad, ella tiene consigo una carga social de prejuicios ante la sexualidad, por ello entra en más contacto con ella misma en su mundo emocional y si un encuentro sexual no ocurre, se suele pensar que es totalmente su culpa, piensa en su cuerpo, en su peso, en su manera de vestir, se compara con otras mujeres, e incluso puede llegar a pensar que esa insatisfacción es causa de una infidelidad.

Como sociedad también estamos acostumbrados a solo valorar un buen encuentro sexual por la simple penetración, dejando a un lado un mar de posibilidades de placer para ambos miembros de la pareja, por ende no se llega a la verdadera raíz del problema.

Existen dos factores importantes para erradicar esta problemática y empezar a hacer un camino hacia el máximo placer, que son, el autoconocimiento y el diálogo. Así es, conocerte a ti mismo será clave para disfrutar de una vida sexual plena, pues no puedes pretender que el otro sepa como hacerte sentir bien, si tu mismo no conoces cuales son esos puntos del mapa de tu cuerpo que te hacen llegar a la cima, así que una de las tareas que tienes, es explorarte, saber donde y como te gustaria ser tocado/a, pues así facilitaras el encuentro y lo harás mucho más dinámico y divertido, invitando a la otra persona a descubrir en ti eso que tal vez escondes. 

Muchas veces no se tienen conflictos de cama sino de comunicarse y dialogar, para arreglar los problemas que se pueden estar presentando en la intimidad es necesario solucionarlo fuera de ella, es decir, tener conversaciones previas al encuentro, pues si existe alguna incomodidad constante en la pareja, difícilmente habrá conexión íntima, en estos casos se hace necesario tener esos espacios donde ambos desnuden más que sus cuerpos sus almas dando a conocer su vulnerabilidad, que es lo que esperan y quieren de la otra persona, siempre respetando la opinión del otro, pues les aseguramos que luego de que se den esas buenas negociaciones disfrutaran el uno del otro a plenitud. 

Para que esta conversación sea asertiva es necesario estos elementos: No culpabilizar al otro y hablar desde tus sentimientos, hacerle ver que son un equipo y es de dos la solución, mostrarle alternativas desde lo que tu deseas y llegar a acuerdos para que así ambos se sientan cómodos y libres.

En otros casos puede existir alguna situación de rechazo a la intimidad sexual evitandola, no teniendo contacto ni con tu pareja, ni contigo mismo, este rechazo puede ser causado por diversas razones, alguna situación en la infancia, abusos, o que se haya educado diciendo que los encuentros sexuales son malos, cuando tenemos creencias tan arraigadas o vivencias tan desagradables en nuestro ámbito sexual, es aquí donde se hace necesario visitar a un especialista para que te ayude a descifrar qué es lo que está sucediendo y así poder gestionar esos pensamientos que te hacen aislar de tu propia sexualidad, pues ni disfrutas tu, ni la otra persona. Así como de igual forma puede ocurrir que tu mente te este haciendo una mala jugada, tal vez solo pensar en el trabajo, estar todo el día en modo padres y olvidarte que también eres pareja, tal vez pensar que las relaciones sexuales se tienen que dar solo por cumplir o que se te hace aburrido y fastidioso también cuenta como factores que disipan ese deseo y te hagan cada vez mas distante en la intimidad.

Creado por: Yuleidy Guerrero

Revisado por: Anita Rodriguez

Los celos: más duraderos que el amor y que la propia pareja.

Los celos: más duraderos que el amor y que la propia pareja.

Se trata de una emoción, los celos no son una enfermedad, ni un rasgo de personalidad, ni un valor, ni un defecto, ni una medida del amor o de la inseguridad o de la desconfianza en pareja. 

Los celos son simplemente una emoción. Una de las emociones humanas básicas y universales. Por lo tanto ocurren, o pueden ocurrir, a cualquier persona, en cualquier cultura y en cualquier momento de su biografía; aunque no pueden ocurrir en cualquier situación, porque los celos requieren de dos condiciones previas sin las cuales no pueden darse. Estas son: un vínculo afectivo con un alguien concreto; y la presencia – real o imaginada- de un tercero que amenaza la continuidad del tal vínculo.

Como cualquier otra emoción –la conozcamos o no- los celos tienen su bioquímica, su soporte histórico, su deseabilidad cultural, su biografía personal, su expresión gestual, su simbolismo, sus significados, su vivencia subjetiva, pero sobre todo, y esto es lo que aquí nos importa, los celos tienen: sus intransferibles modos de ser vividos (sentidos, experimentados); sus peculiares modos de ser pensados; y sus particulares modos de ser gestionados (internamente, cada quien dentro de su pellejo; y externamente, cada quien en interacción con los otros dos actores). No podemos ayudar a nadie a sentir o a dejar de sentir celos, pero sí podemos ayudarle a mejor vivirlos, a mejor pensarlos y a mejor gestionarlos. 

Sin embargo en este trabajo nos centraremos en los celos –digamos eróticos- en pareja. Y subrayo el adjetivo “erótico”, porque podemos distinguir también otras formas de celos que también pueden darse en pareja sin contenido erótico –al menos explícito-. Por ejemplo los celos por los hijos (fundamentalmente: madre-hija y padre-hijo), los celos por los padres (fundamentalmente: esposa-suegra y marido-suegra), los celos por relaciones muy íntimas (fundamentalmente: hermanos y amigos). 

Citando a J.A. Marina: “las creencias dirigen en parte nuestros estilos afectivos”, (1999). Así pues, siendo cierto que pensamos como sentimos, y sentimos como pensamos, resulta interesante indagar cuál es el sustento cognitivo de tal emoción. En rigor habría que decir que detrás de esta emoción hay toda una teoría del amor. Una teoría que cuelga de un concepto central: el de la exclusividad. En toda institución formada a propósito del amor se produce explícita o implícitamente un contrato de exclusividad. Así las parejas mutuamente se (com)prometen, se (im)piden y se dan múltiples exclusividades. Entre otras: exclusividad erótica, exclusividad de intimidad, exclusividad de tiempo y dedicación. 

En otro plano, son ya clásicas las ideas de los celos como medida del amor (“si me ama sentirá celos de mí”, “cuánto más celos me muestra, más me siento amado”), así como la idea de los celos como acicate del deseo (“darle celos para que se interese más por ti”, “haz que se sienta menos seguro de ti”). Todavía hoy es posible hallar manuales y consejos populares en esta línea, sin ser raro tampoco que éstos provengan de amigos íntimos que en el fondo lo único que pretenden es ayudar. Lo curioso de estas estrategias es que en ocasiones se convierten en profecías que se autocumplen. Y efectivamente a través del filtro de los celos (y del sufrimiento que ocasionan) se reaviva el interés, se reactiva el deseo, se catalizan cambios o se restaura el compromiso, sin embargo este logro se realizó desde experiencias disfuncionales que dejan una cicatriz dentro de la relación, lo más probable es que surjan consecuencias perjudiciales a futuro cercano o lejano dentro de la relación, principalmente si al momento de volver a la relación, no se ha sanado la experiencia de la herida.

Otra de las ideas adosadas a los celos es la de ficción/realidad, o la que engarza celos con infidelidad. Al punto que hablamos de celos justificados, basados en una reacción hacia el infiel, así como de celos injustificados, que serían el producto de escenas inventadas, fantaseadas u imaginadas, y denominados comúnmente celos patológicos. Siendo que el concepto de fidelidad es un continuo relativo que se plasma en un riquísimo abanico de posibilidades, y que dependerá de en dónde cada pareja establezca el límite de lo permitido o prohibido, la variabilidad de respuestas será múltiple y relativa. 

Hemos dicho al principio de este artículo que todos sentimos celos y que todos somos celosos. Por lo tanto no tiene mucho sentido hablar de la etiqueta celoso/a en tanto que rasgo de personalidad. Sin embargo también es cierto que personas con determinadas características de personalidad suelen manejar peor esta emoción, y sí puedo asegurar que a lo largo de mi experiencia clínica he encontrado ciertos rasgos comunes en personas aquejadas de celos, características y déficits que sí son susceptibles de ser trabajadas en terapia. En rigor cuando decimos que alguien es un celoso no estamos definiendo la emoción que siente, ni la intensidad de la misma, sino su déficit de gestión de esta emoción, por carencias o necesidades personales, como la dependencia, la falta de autoestima y el miedo a la soledad. 

Ahora bien con respecto a la expresión “sufrir de celos” no queda nada claro quién es el que más los sufre: si el actor o el receptor de esa emoción, porque lo que se dice sufrir, lo sufren ambos. Y lo que realmente se resiente al entrar en el juego circular de los celos es la relación misma. Por ello si no logras llegar a negociaciones, ya que pesan más las necesidades individuales de cada integrante, que la propia relación, es hora de buscar ayuda en psico entrena, estando solos o acompañados.

Recuerda, los celos suelen ser más duraderos que el propio amor o que la propia pareja. Así que con suma frecuencia los celos son lo único que queda después del amor y tras la ruptura de la pareja, y tu nueva o futura relación se puede ver perjudicada.

Elaborado por: Dirección de Psico Entrena, Ana Rodriguez. 

10 Claves para mejorar el mal carácter.

10 Claves para mejorar el mal carácter.

Si quieres aprender a controlar el mal carácter empieza por tener en cuenta estos 10 consejos:

1. Piensa antes de hablar En el calor del momento, es fácil decir algo de lo que más tarde te arrepentirás. Tómate unos momentos para ordenar tus pensamientos antes de decir cualquier cosa, y permite que el resto de las personas implicadas en la situación hagan lo mismo.

2. Una vez te hayas calmado, expresa tu enfado Apenas empieces a pensar con claridad, expresa tu frustración de manera firme, pero sin confrontaciones. Explica cuáles son tus preocupaciones y necesidades de manera clara y directa, sin herir a los demás ni intentar controlarlos.

3. Haz ejercicio La actividad física puede ayudarte a reducir el estrés y controlar la irritabilidad. Si sientes que alguna situación te molesta demasiado, sal a dar una caminata enérgica, a correr, o ponte a practicar cualquier otra actividad física que disfrutes.

4. Aíslate un rato La técnica del aislamiento temporal no es sólo para los niños. Toma descansos cortos durante los momentos del día que suelen ser estresantes para ti. Pasar un rato en calma puede hacer que te sientas mejor preparado y manejes mejor lo que tienes pendiente, sin irritarte ni enfadarte.

5. Identifica posibles soluciones En lugar de centrarte en lo que te enfadó, esfuérzate en resolver el problema al que te enfrentas ¿Tu pareja llega todas las noches tarde a cenar? Fija la hora de la cena más tarde o llega a un acuerdo donde comerán juntos solo algunas veces por semana. Recuerda que el enfado no arreglará nada y podría empeorar la situación.

6. Siempre habla en primera persona y di “yo” Para evitar criticar o culpar (esto posiblemente solo aumenta la tensión), habla en primera persona cuando expliques el problema. Sé respetuoso y específico. Por ejemplo, di: «yo estoy enfadado porque te levantaste de la mesa sin ofrecerte a ayudar con los platos», en lugar de decir «Tú nunca haces nada en la casa».

7. No guardes resentimiento El perdón es algo muy poderoso. Si dejas que la ira u otros sentimientos negativos desplacen a los positivos, puedes verte absorbido por tu propia amargura o por una sensación de injusticia. Pero si puedes perdonar a quien te hizo enfadar, quizás ambos aprendan algo de la situación. No puedes esperar que todo el mundo reaccione o piense exactamente como tú quieres.

8. Usa el humor para liberar la tensión Restarle seriedad al asunto puede ayudar a dispersar la tensión. Deja que tu sentido del humor te ayude a enfrentar lo que te está enojando y, posiblemente, cualquier expectativa no realista que tengas de cómo deberían ir las cosas. Sin embargo, evita el sarcasmo, porque podría herir los sentimientos y empeorar las cosas.

9. Practica técnicas de relajación Cuando tu carácter salga a flote, pon a trabajar tu capacidad de relajación. Practica ejercicios de respiración profunda, imagina una escena relajante y repite alguna palabra o frase tranquilizante, como «tómalo con calma». También podrías escuchar música, escribir un diario o hacer un poco de yoga, lo que necesites para fomentar la relajación.

10. Aprende cuándo debes buscar ayuda Aprender a controlar la ira es un reto para todos. Considera buscar ayuda si ante algún problema te parece que tu carácter se descontrola, te mueve a hacer cosas de las que te arrepientes o hieres a quienes te rodean.

Si ya usaste todas las anteriores y aun no mejoras, te invitamos a un Psico Entrenamiento especializado y basado en tus necesidades.

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